El diseño de esta encantadora joya destaca por tres flores como protagonistas, cada una con una gema engarzada en su centro. El lapizlázuli, proveniente de Afganistán, exhibe un intenso azul noche con destellos de pirita, mientras que el ámbar, una resina fosilizada, refleja el resplandor del sol con su tono dorado. Ambas piedras fueron muy valoradas en civilizaciones antiguas como en el antiguo Egipto, asociadas con la protección y la espiritualidad. El rubí, con su vibrante color rojo violáceo, armoniza con el ámbar y el lapislázuli, añadiendo elegancia y sofisticación a la joya. Su combinación evoca la riqueza y la belleza de la naturaleza. Esta versátil gargantilla es perfecta para lucirla en cualquier momento del día. La plata satinada realza la belleza de las gemas, creando efectos de luz y color fascinantes. Asegurada con un mosquetón de plata 925 y conectada por una cadena gourmét plana, garantiza un ajuste seguro y cómodo. Con un peso de 53,5 g en plata 925, esta joya es una verdadera obra de arte que atraerá todas las miradas.